01 octubre, 2008

Tesorito.


Abro mi tesoro más desgarrado. Corren por aire los últimos recuerdos de vida. Explotan mil emociones y una más para esconder. Tomo los pedazos que sigo juntando de mi corazón. Desolado y trizado.

Escondo cada parte de lo que he vivido, le doy refugio para no olvidar hasta dónde y cómo he llegado, aunque el camino tenga tantas piedras y a veces mucha mugre que no me deja ver. A ratos tambaleo y muchas otras tengo miedo de seguir caminándolo. Guardo cada palabra, para no olvidar cómo me llaman, lo que soy y fui alguna vez para quien sea. Miro cada abrazo, cariño y hasta tus besos más adoloridos, los menos amorosos y los que están llenos de pasión. Los veo con nostalgia porque sé que te quedaste en lo que llaman "pasado". ¡ Ay cuánto de lindo había !.

Sigo indagando en mis recuerdos de antaño, aquellos que a veces suelo olvidar por el tiempo. Otros están repletos de polvo, ese polvo que trata de conservar su historia. Cada imagen me va gritando que la libere, que suelte tantos momentos que hacen daño. Y deje de soñar con eternas margaritas, con momentos que quién sabe si existirán en algún instante. Mi mente se va guardando cada historia que creo. Sigo revisando ya no sé para qué.

Y en mi cajita más secreta hay tantos pedacitos, de estrellas que se perdieron en el cielo. Flores que se han secado a falta de agua. De lágrimas y adiós, música que inspiró su latir. De todo puedo encontrar, sin embargo me cuesta hilarlos. Hay algunos tan pequeños que ni recuerdo en qué momento de desprendieron. Otros simplemente se escaparon, me pillaron despistada y huyeron.

Mientras más hondo; más miedo, más tristeza y a la vez más alegría, más gratitud, más vida. Intento encontrar aquello que lo rompió, pero entre fotografías e imágenes del alma me perdería buscándolo; tanto de la historia que ha roto. Quiero pegarlo, hacerlo uno de nuevo, me falta ese "pegamento"; aquello que une dos almas, historias y caminos.

En mi cajita de corazón se puede encontrar cada piedra, flor y estrellas que han pasado por mi. Cada tristeza, cada temblor que lo sacudió hasta quebrarlo. Encuentras luces y calor, grietas de amoríos y desamoríos, de abandono. Pero sobretodo encuentras amor, sí; aun sigue latiendo.

Corazón de cajita, cada vez más tímido y más profundo. Y cuéntame tu historia, ahora. Aquella que te tiene tan deprimido.

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Suave, ajeno a la ciudad. Se abre el cielo y caminamos dezcalzos por nuestros sentimientos...