05 enero, 2009

Pasitos...

Hace calor, yo diría más de 30 grados. Mis pies sucios, el viento alegre. Mis pantalones verdes y mi polera fucsia. Todo me recuerda al sentimiento más noble; niñez.

Los colores que danzan al compás del viento, el agua que corre de la manguera, veloz para apagar la sed de las plantas y flores. El sol y el ruido agradable de las hojas bailando. Mientras el agua corre, juguetón y mis pies intranquilos bailotean para saciar su propia sed. Hace calor y estoy regando, con música y viento de fondo.

Comienza a nacer en mi la dulzura de los niños; el agua un amenazante. No me contengo y alzo la manguera y una lluvia de gotitas frías caen en mi espalda. Soy feliz, por esos 10 segundos me sentí feliz.

Y mis pies mojados, mi ropa colorida con puntitos de agua feliz. Mi pelo refrescado jugando con el viento. Y este olor a verano que me recuerda los juegos de infancia. Me siento feliz.

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Se abre el cielo

Suave, ajeno a la ciudad. Se abre el cielo y caminamos dezcalzos por nuestros sentimientos...