Pero comprendo que soy animal por un lado, y por el otro me baño en racionalidades humanas. Comprendo que soy impulsiva cuando el olor es llamativo, y llevada a mis ideas cuando el enemigo parece idiota. Comprendo que soy un manto de sorpresas, y me escondo detrás para ocultar mis placeres y debilidades. E incluso puedo enteder que el viento sea mi aliado, caminamos juntos.
Porque hay amor, y no puedo dejar de temerle. Sí, estoy atacada, me han atacado. Y no hay impulsos, ni ataques que puedan impedirlo. Soy amante sin tener donde dejar reposar mi cuerpo. Parecemos animales buscando donde reproducirnos.
Puedo comprender que no hay que buscar. Me desnudo y la luna parece iluminar un cuerpo que va quedando sin vida, pliegues por distintas partes, voy engordando, me trasnformo en sobrepeso de cargas y penas, miedos y agonías. Estoy necesitando, y no hay nadie que pueda comprenderlo. Ni un respiro, y va dando que mi alma se trasnforma en aire. Puedo comprender, mas no quiero hacerlo. Parece cómodo, parece que "es lo único que queda".
Pero hay algo que no comprendo. Es la maldita espera, y que no hay distancias, no hay kilómetros ni estaciones que pasen sin pensar en un momento en que me vuelvo fría. Le temo al amor, pero acepto que venga. Pasan inviernos y se nubla aun más mi razón. Soy animal, que piensa y tengo dedos separados; ¡ soy humano !. Entonces, me quedo incomprendida, y sigue pasando el otoño...¿qué más da? Si ya comprendí, soy humano y tengo que esperar.
De plata, fría, luna luciérnaga. De noches heladas, y estrellas burlezcas. Soy animal, y no tengo patas, soy animal y necesito reproducción. Soy animal, y me voy abandonando. Ríanse, ya llegará el momento en que los animales sin ya querer razonar comenzaremos a amar.
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