22 febrero, 2008
El tiempo quema
Volvió a caer una hoja, cada vez queda más vacío el árbol. El otoño se acerca, el viento se va, las hojas caen y tu cuerpo sigue esfumándose. Grito y en la niebla se pierden mis palabras.
Caigo desparramada al piso, como el agua que fluye, fluye como las palabras, las palabras se van, se va el tiempo, el tiempo me quema...
Se acerca más, ¿no es que permanente?. ¿El tiempo permanente? El tiempo sigue su rumbo, no importa quien muere. Pero esta vez no me volverá a tocar. Su roce brusco, y me violará hasta dañarme, nuevamente bulgar se tornará el café de la taza. Taza que beberá tu boca agridulce, y he probado el sabor más dañino. Estoy infectada. Infectada por ti, he comprendido cual es la parte más díficil. Es el olvido, es el no pertenecer más. Lo más díficil, se ha vuelto lo más díficil. Y el agua sigue hirviendo...
Quema el humo, quema tu cuerpo, quema el sol, quema al caminar. Quema la palabra, quema el dormir, quema el despertar. Quema la promesa que no pudiste cumplir, queman las canciones, quema tu boca, quema tu recuerdo. Quema el soñar, quema el olvido, quema el silencio, quema la distancia, quema mi corazón destrozado.
Realmente me rompiste el corazón. Aun sigo comprendiendo la parte más díficil...sí, lo más díficil. Y el tiempo me quema más....
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Se abre el cielo
Suave, ajeno a la ciudad. Se abre el cielo y caminamos dezcalzos por nuestros sentimientos...
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