16 junio, 2008

Baivén


"...Dame calma y dame vértigo. Ven a llenar mis pocas horas lúcidas..."


Rotando a diario, suena la alarma, frío, hambre, flojera, 5 minutos más, un bostezo. Levantarse, bañarse, elegir ropa ...


Monotonía, aunque me cueste creerlo; intento evitarla. Vértigo mientras pasa el día, el mundo a mi se me da vueltas, todos pies arribas. Camino en el cielo, o en la tierra, un cemento frío, lejano. Se da más vueltas de las vueltas que da el mundo; el mundo, el mundo gira girando en un eje que n oconcuerda con mi eje corpóreo. Me voy derrumbando...

Acaba de temblar, hace tres días también. El mundo no aprende nada, el mundo se derrumba. Pero estamos en dos lugares distintos. Tan sólo una mirada, me compongo, me desfragmento y caen pedazos de mi historia, he abandonado la mía de ahora.

El sol va naciendo, se esconde, juguetea. No vengo más con el sol, no me has llamado y me estoy atardeciendo. A ratos una lágrima se asoma para ver hacia donde me dispongo a ir. A ratos una sonrisa explota; y es que ya no sé qué hacer.
Me he guardado tanto las palabras, que se me van olvidando cuando el tiempo pasa; así fugaz, sencillo, lento, adormecido, entorpecido... el reloj está abusando de mi paciencia, en cualquier momento enloqueceré.

Ya no hay más que mirar, un cuerpo, que engorda cada vez más. Hay un vacio tan grande que lo lleno con más mierda, como si no bastara con la que la vida me ha donado. Y es que hay tanto en mi pero no recibo, no siento, no pienso, no hablo, no rio, no lloro....Quiero que me escuchen, un egoncentrismo momentáneo, un reclamo digamos necesario. Abran sus oídos para mi, los míos han guardado tanta historia, y siguen pasando canciones lastimeras.

Pero se va cerrando el cielo, otro día tal vez venga en tan poco. Cómo quisiera que no fuese así, aunque me han castigado con ver cómo pasa el tiempo, cómo se va le sol cálido, pero sigo estando aquí, tú allá lejano viéndolo sin verme...Me voy con el sol, y me quedo sin calma y sin vértigo. Sin nada que le traiga a mi vida un terremoto de locura.

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Se abre el cielo

Suave, ajeno a la ciudad. Se abre el cielo y caminamos dezcalzos por nuestros sentimientos...