Parece que te voy a guardar en el último casillero de mi alma.
Ahí, donde nadie te recuerde, y de vez en cuando te vendré a limpiar.
Sacaré las pelusas, tal vez te regale ideas,
pero no sé con quién compartirte.
Quizás debieses ser sólo de mi.
Nadie pensará alguna vez en mi pluma,
la que dejaré partir para encontrarse con quien quiera ser endulzado.
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