Me cuesta sostener la tormenta que por el horizonte de mis ojos se asoma.
Me cuesta sostener las ideas, las emociones dentro del vacío sobre la mesa.
Me cuesta vislumbrar los amaneceres, y tú que estás por llegar.
Se torna abismante la cuerda que seductora rodea mi cuello,
esta pena de amor que escurre como agua por mi cuerpo.
Esta sombra que me envuelve cada vez que te siento,
estás llegando. Y se acelera el reloj.
En una infinita pequeña porción de espacio
se disperzan las efímeras partículas que intento armar de ti.
Te creo tan pretencioso, ¡ no sabes que pena tengo en el alma!.
Quizás me estoy desviando del camino,
estoy a un costado y aunque intente abrazar tu mano
hay un abismo mínimo entre los dos.
Porque cada vez se vuelve enredado
comprender qué pasa. Y como nubes en el cielo
nos vamos imaginando.
Porque no sabes que desperdecio tengo en mi mente,
pedazos de historias. Cuentos rotos,
el viento penetrando amenazante para intentar alcanzarte.
Mi voz silenciosa, explota al chocar.
Me vuelvo pequeña, romperé mis entrañas,
no soporto, no espero, no entiendo, no puedo sostener...
Sin que sepas me has roto de a poquitito un pedazo de mi corazón,
con estas gotitas de aceite de regalo uno
para que alguna vez veas que a veces me alejo.
Dejo un espacio para guardar lágrimas,
que el vaso se está quebrantando.
Tanto mar y me ahogo en 200 ml de agua caída.
Casi es lo mismo, pero no es igual.
Soy prestada, pues no pertenezco.
Somos grabaciones de lo que pretendemos ilustrar,
tú por allá, yo ....
Me cuesta soportar la inquietante pregunta,
pero, ¿por qué no?...
Y no quiero barajar el mismo mazo...
se supone que hemos avanzado..
30 julio, 2009
25 julio, 2009
23:38
Tengo un mar de saliva a mi alrededor,
mis pies destrozados
y una que otra sensación de dolor.
Qué desastre, casi un tornado,
no sé cuántos litros de alcohol se apoderaron de mi cuerpo,
quizá toda la noche con velas estuve.
Mis ojos reclaman descanso,
sólo espero para que el telón haga su actuación,
entre este abrumador sol terminando de desacer la entrada a mi alma.
Que se complete este cuadro indignante
con la exisita compañía de mi estimada soledad.
Bebí hasta morir...
Cada 10 minutos, suena la alarma,
son 10 minutos en que pienso el estúpido sentido de la vida,
cada 10 minutos me hago la idiota pregunta...
bah!, qué más da no?.
24:33 ...
comienzan a cantar las cacareantes bocinas...
mis pies destrozados
y una que otra sensación de dolor.
Qué desastre, casi un tornado,
no sé cuántos litros de alcohol se apoderaron de mi cuerpo,
quizá toda la noche con velas estuve.
Mis ojos reclaman descanso,
sólo espero para que el telón haga su actuación,
entre este abrumador sol terminando de desacer la entrada a mi alma.
Que se complete este cuadro indignante
con la exisita compañía de mi estimada soledad.
Bebí hasta morir...
Cada 10 minutos, suena la alarma,
son 10 minutos en que pienso el estúpido sentido de la vida,
cada 10 minutos me hago la idiota pregunta...
bah!, qué más da no?.
24:33 ...
comienzan a cantar las cacareantes bocinas...
19 julio, 2009
Parapa...
Camina por la calle, con aires de grandeza
altanero y simpático.
Con su paraguas de oscura disimulación
que lo cubre, lo seca del acorde cielo.
Todo alredor grita rapidez,
y en sus movimientos la cautela se hace dueña.
Gotas de calor del cielo se lanzan fugaces
ese exisito olor a humedad
1, 2 , 3 se abre el telón.
Al lado, al otro, arriba y comienza a vibrar,
su cuerpo un trompo se vuelve.
Pam, pum y alegría envuelve el instante.
Tan mínimo, tan infinito.
4, 5, 6, y en un salón se transformó
Parapapapa...
Un bocinazo, vuelve a su agitado ritmo,
la ciudad mentirosa y egoísta,
el hombre y su paraguas,
atrás quedan esos zapateos incrédulos en las pozas de agua.
Tu desvelo nauseabundo,
de infinitas particulas
como vagabundo
quiere pisarme los talones.
Te arrullo en un silencio caído
y tus ojos dementes
invita a las estaciones
a una tacita cálida de té.
Lleno este espacio con aromas de antaño,
en el tejado de los sentimientos
aulla la luna,
¿ cuando empezarán las estaciones?
La hora del té se va retirando digna
sigues como vagabundo...
No me alcanzas, no me sigues,
no me invitas y no me rechazas.
No hagas más nada, que se detiene el tránsito.
Ni me toques, ni me beses
que sabe a hastío del atardecer.
En tu caída inquieta
de azules girasoles
rozas con la muralla..
qué más da; bienvenido.
de infinitas particulas
como vagabundo
quiere pisarme los talones.
Te arrullo en un silencio caído
y tus ojos dementes
invita a las estaciones
a una tacita cálida de té.
Lleno este espacio con aromas de antaño,
en el tejado de los sentimientos
aulla la luna,
¿ cuando empezarán las estaciones?
La hora del té se va retirando digna
sigues como vagabundo...
No me alcanzas, no me sigues,
no me invitas y no me rechazas.
No hagas más nada, que se detiene el tránsito.
Ni me toques, ni me beses
que sabe a hastío del atardecer.
En tu caída inquieta
de azules girasoles
rozas con la muralla..
qué más da; bienvenido.
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Se abre el cielo
Suave, ajeno a la ciudad. Se abre el cielo y caminamos dezcalzos por nuestros sentimientos...