Tu desvelo nauseabundo,
de infinitas particulas
como vagabundo
quiere pisarme los talones.
Te arrullo en un silencio caído
y tus ojos dementes
invita a las estaciones
a una tacita cálida de té.
Lleno este espacio con aromas de antaño,
en el tejado de los sentimientos
aulla la luna,
¿ cuando empezarán las estaciones?
La hora del té se va retirando digna
sigues como vagabundo...
No me alcanzas, no me sigues,
no me invitas y no me rechazas.
No hagas más nada, que se detiene el tránsito.
Ni me toques, ni me beses
que sabe a hastío del atardecer.
En tu caída inquieta
de azules girasoles
rozas con la muralla..
qué más da; bienvenido.
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