19 julio, 2009
Parapa...
Camina por la calle, con aires de grandeza
altanero y simpático.
Con su paraguas de oscura disimulación
que lo cubre, lo seca del acorde cielo.
Todo alredor grita rapidez,
y en sus movimientos la cautela se hace dueña.
Gotas de calor del cielo se lanzan fugaces
ese exisito olor a humedad
1, 2 , 3 se abre el telón.
Al lado, al otro, arriba y comienza a vibrar,
su cuerpo un trompo se vuelve.
Pam, pum y alegría envuelve el instante.
Tan mínimo, tan infinito.
4, 5, 6, y en un salón se transformó
Parapapapa...
Un bocinazo, vuelve a su agitado ritmo,
la ciudad mentirosa y egoísta,
el hombre y su paraguas,
atrás quedan esos zapateos incrédulos en las pozas de agua.
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Se abre el cielo
Suave, ajeno a la ciudad. Se abre el cielo y caminamos dezcalzos por nuestros sentimientos...
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