Sonará ridículo, no me canso de mirarte. No soy obsesiva, pero debo ser sincera; me encanta mirarlos. Descrubir un mundo nuevo, ver tu alma, sentir cómo clavas tu pureza en mi alma.
Y es que de un instante a otro mis pies se vuelven autónomos, caminan solos, me guían a otro estado, a otro mundo. Paralelo, surrealista, lleno de sentimientos. Recojo, entonces, pedazos pérdidos de mi. Trato de unirlos para continuar este camino y alcanzar tu luz.
Quisiera comprender cómo van hilándose cada instante de la vida, cada persona, así sabría que nos depara, que signifca tu mano, su calor, tu calor. A ratos me siento desorientada, casi anulada, otras que simplemente desaparezco. Me inundo de nieblas, nubes y lluvias, y veo cómo dejo de estar, si alguien me ve, por favor que me entregue un poco esperanza. Sí, esperanza para el alma, esperaza para cantarte la armonía, calma ...
Pero aun así estoy viva, seguimos vivos, y junto a ti, me siento más viva. Renace una parte muerta, enterrada. Se supone que no volvería a querer. Hasta callada me he vuelto, sabiendo que hay tanto por gritarles, por hablar y también por callar. Tu presencia le ha dado uan razón más, una sensación más. Sólo te pido que tomes mi mano, ha pasado tanto que no sentía otra piel. Recorrerte, encontrarte y encontrarnos. El mundo se transforma en la arma más letal, y querrá seguramente desaparecerte, esfumarte... y volvemos al principio. Un círculo, casi vicioso, casi malicioso, casi oscuro. Pero sigues estando tú, sin tener que haber llegado... Sólo tú.
Así te digo que no me cansaré de mirarte, veo vida, veo paz. Caminemos porque hay un cielo que nos cubrirá. Primavera danzarina que nos floreces en lo más hondo del corazón, sana heridas y has reencuentros y encuentros. Primavera de mis amores, me has traído los revividos latidos. Danza y danza, que nuestro vals sea eterno, porque no me canso de mirarte, porque en tu alma se ve pureza. Es en tus brazos que mi alma quiere reposar, cansada.
No, no me canso, y no dejaré que aplasten otra vez lo más bello. Esta vez no, y esta vez no habrá que lamentarse, no habrá que llorar, no más. Mírame, entonces, que te miro y te busco. Si te pillo eres mío, si me pillas me descubres. Mírame y mírame más , que mis ojos se nutren al mirarte y mis manos no paran de llamarte. Aun si entender, me lanzo a tu abismo.
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